Transcripción de una carta de Rolando Lahera sobre Geli d’ Mora (Miami, EE.UU.)
Geli de Mora, una española del mundo
Tiene 21 filiales en
España, Italia, Ecuador y Estados Unidos. Proyecta nuevas en países de América
Latina y Europa.
Quien pregunte por
Ángeles Verduzco Vera, una de siete hermanos, natural de Elche, Alicante y que
un día hace 32 años se fue a conquistar a Madrid con sus conocimientos de
estética, es difícil que encuentre respuesta, pero si se decide a indagar quien
es Geli d’ Mora, madre de cuatro hijos, entonces quizas se
pueda adentrar en la vida de una revolucionaria de la cosmetología.
Cuando te hayas frente
a esta simpática española, tienes la impresión del reencuentro con una vieja
amiga, la cual se define a si misma como una abanderada de la naturaleza y
adopta posiciones no afines con dermatólogos y científicos.
Dice que desde niña le
llamó la atención del acné, un problema que padece en algún momento de su vida
ya sea en la cara, la espalda u otra parte del cuerpo el 80% de los jóvenes. Se
dedicó a luchar contra él y sólo salió de sus días de encierro en su cuarto-laboratorio
para declarar: “este es un problema resuelto” y ello le conllevó encerrarse en una gran prisión en
forma de globo para llevar la felicidad a los millones de convictos con este
mal en todo el mundo. Geli,
a quien gusta hablar de su familia y de sus pacientes con extrema soltura y
nunca escatima minutos para referir sus historias y anécdotas, señala que la
sonrisa de las personas a las que ha devuelto la alegría es su principal
aliciente en este mundo y
alega que no le interesa el dinero, pues con el que tiene podría vivir
holgadamente de hotel en hotel, sin preocuparse por nada más.
Entre las personas que
han gozado de su cuidado, están muchas famosas, como Isabel Preysler, la ex-mujer de Julio
Iglesias y un buen número de miembros de la nobleza europea, marquesas,
duquesas.
Pero, la fama o el
tratar a figuras de renombre no es lo que mueve a Geli, quien siempre recuerda
con agrado el apoyo que recibe de su marido, su hermano y sus hijos, quienes en
ocasiones le han ayudado con una traducción o le han servido de secretarios o
simplemente le han acompañado, y orgullosa afirma que lo mas importante es que
ha podio enredar a la familia entera en su cruzada.
El primer concepto en el
que discrepa Geli con algunos científicos es en considerar el acné enfermedad,
pues para ella es simplemente un problema epidérmico, sin mayores consecuencias
si se le trata a tiempo, pero de muy graves cuando se le deja o se intenta
buscar su solución con falsos tratamientos.
Geli elimina el acné in
situ o sea, hay que ir a uno
de sus centros, de los cuales hay 17 en España, dos en Italia, uno en Ecuador y
otro en Miami, donde con
una sesión semanal de dos horas durante cuatro a seis meses las personas queda
libre del mal. La efectividad del tratamiento está garantizada totalmente si se
termina completo.
“La
cifra no es alta si tenemos en cuenta la garantía y el que algunas personas
afectadas por acné gastan mucho más que eso comprando productos de diferentes
laboratorios, consultando médicos y hasta curanderos”, señala con seguridad.
Otro factor que Geli
considera poco ético, es que muchos de los tratamientos en el mercado o hasta
los aplicados por dermatólogos quitan el acné, pero dejan huecos o queman la
piel y para ella, esto es un sacrilegio. El suyo se basa en productos naturales elaborados al
momento de su aplicación y preparados teniendo en cuenta las características
individuales.
Pese a que no considerar
el acné una enfermedad, si está consciente que el tenerlo provoca enormes
problemas de índole psíquico fundamentalmente, pues las personas se obsesionan
y en casi todos los casos sufren de depresiones, complejos, lo cual marca profundamente
su espíritu, pues son infelices en el trabajo o la vida privada.
“Nadie
puede consolarse al saber que si tiene grandes conocimientos e intenta obtener
una buena colocación puede ser rechazado por su desagradable aspecto o debe
conformarse con estar sólo por que el amor es algo vedado por su aspecto”, señala.
El problema no es tan
sencillo como muchas personas lo ven y le achacan la existencia de determinados “granitos
purulentos” al exceso de
mantequilla, el chocolate, los nervios o la menstruación.
Ella no niega la
influencia de estos factores en el metabolismo, pero defiende la tesis de que
ante todo, la suciedad del medio ambiente y las malas costumbres en la limpieza
de la piel afectan el funcionamiento de las glándulas pilo sebáceas, y su tratamiento
lo que busca es que estas vuelvan a funcionar con normalidad.
Pone el grito en el
cielo cuando escucha a los médicos repetir una y otra vez que el acné es un
problema endocrino y afirma que su mayor combate lo ha librado contra la
incomprensión de los galenos, quienes se niega a romper con los criterios
preestablecidos y siguen tratando el acné como enfermedad, desoyendo cualquier
otro concepto al respecto.
Entusiasmada con la idea
de ampliar sus gabinetes a otros países de América Latina, de penetrar en
Alemania, de llevar sus conocimientos a Asia, viaja por el mundo de congreso,
de ciudad en ciudad, divulgando su credo, controlando el funcionamiento de sus
centros y siendo feliz con la idea de contribuir a la felicidad de otros
jóvenes.
En última instancia, Geli
no es una mercader de su método, y no en pocas ocasiones ha brindado su ayuda
desinteresada quien lo ha necesitado. Para ella lo más, importante es seguir
ayudando y como disculpándose
afirma en dialecto madrileño: “Tampoco puedo regalar mi tratamiento, puest tengoque pagar
alquiler, empleados, materia prima, viajes. Usted sabe comó está
el mundo”.